jueves, 29 de enero de 2015

El lugar de donde viene la magia

Llevas ya un tiempo preguntándome sobre qué puedes escribir, qué es lo mejor que has escrito. Bien, ha llegado el momento de contestarte... No lo sé. No tengo ni idea. No soy capaz de decirte qué es lo mejor que has escrito. Y no lo sé porque no soy objetiva, no puedo serlo. Puedo hablarte de sensaciones, de qué es lo que más me ha gustado, o lo que menos, pero nunca de lo mejor. No a estas alturas.

Y creo que han sido esos textos, en los que te has dejado llevar, en los que no estabas pensando qué decir, los que de verdad me han llegado.


Así que no lo fuerces. No escribas por obligación ni compromiso. Te prometo que no vale la pena. Tampoco la alegría. Escribe solo cuando sientas que no puedes hacer otra cosa en ese momento. Cuando tengas alguna ilusión revoloteando caprichosamente por los límites de tu conciencia. Cuando, sin saber por qué, se te ilumina el rostro con una sonrisa de idea a idea. Cuando tus pensamientos se empiecen a hilar formando preciosas espirales plateadas. Cuando sientas que la magia se proyecta incluso más allá de tus dedos.

Porque al fin y al cabo es de eso de lo que estamos hablando: Magia.
Magia como la de las Historias. Magia como la de Táborlin el Grande. 

Pero desde el momento en el que la fuerzas, aunque sea solo un poquito, se pierde, se escurre entre los dedos convirtiéndose en menos que volutas de humo. No puedes atraparla, ni usarla a tu antojo. No sabes de dónde viene, ni hacia dónde se dirige. No sabes qué rumbo tomará a continuación, ni si desaparecerá en algún momento. Es caprichosa como solo la magia puede serlo.

Sin embargo, puedes disfrutarla, vivirla, deleitarte con ella. Aprovecha cuando sientas que te envuelve: escribe en ese momento. No antes. No después. Solo entonces harás algo que realmente merezca la pena leer.

Eres capaz de eso y mucho más.
Ya te lo dije una vez: Extiende las alas y vuela.




domingo, 2 de marzo de 2014

Coge impulso y salta

Cierra los ojos. Ciérralos bien, dejando que todo lo que te rodea se desvanezca. Ahora, solo por un momento, piensa en todas las oportunidades que has perdido por no arriesgarte, por no atreverte a intentar traspasar la línea tras la que te mantienes recluido. Ese límite que nos autoimponemos para absolutamente todo lo que hacemos: después de las 2 de la mañana, vete a dormir; solo una cucharadita de azúcar; no más de 100 páginas por día. ¿A qué vienen tantas restricciones? ¿Por qué tantos noes, tantos ya veremos? No lo comprendo, de verdad que no.

Tenemos que dejar de tener miedo. De tener miedo de ganar, de arriesgarlo todo por un sueño imposible, de caminar hacia la luna por un sendero hecho de estrellas. Olvídate de preguntarte “por qué” y empieza con el “y por qué no”. Somos poderosos, y no tenemos límites, ese es nuestro miedo más profundo, pero recuerda, el miedo sólo sirve para perderlo todo.


Podemos conseguir todo los que nos propongamos y mucho, mucho más. Tan solo coge impulso y salta. Rompe las barreras. Borra los límites. Salta sin mirar abajo. Hazlo, y, entonces, cuando llegues al otro lado, descubre todo aquello que algún día parecía imposible, pero que ahora está al alcance de tu mano.


    domingo, 5 de enero de 2014

    Mascarada

    Vivimos la vida como si de un baile de máscaras se tratara. Ocultamos nuestra verdadera identidad tras una máscara hecha de jirones de niebla y luz de luna. Una careta, a veces grotesca y esperpéntica, con muecas simiescas y expresiones dantescas, que trata de espantar a todos aquellos insensatos que podrían intentar averiguar qué es lo que se esconde tras ellas. Mejor ser rehusados por aquello que pretendemos ser, que por lo que somos en realidad.

    Y mientras tanto, bailamos con desconocidos que también disfrazan su propio ser al son de un compás que ni siquiera marcamos nosotros mismos. Bailamos, giramos, tratamos de no tropezar, de agradar, de estar erguidos, de mantener una apariencia que en el fondo no es más que sombras... Y bailamos y bailamos, día tras día, noche tras noche, importándonos más el qué hacemos que el con quién, al fin y al cabo, ¿cómo podemos saberlo?

    Pero llega un día en el que decides dejar atrás todo aquello que realmente no nos importa, aquello que únicamente nos impide ser felices. Te detienes súbitamente y puedes comprobar, sin equivocación alguna, cómo los demás siguen bailando tal y como les han enseñado, primero un pie y luego el otro. Todos iguales, todos a la vez, como si de un gigantesco reloj lleno de engranajes se tratara. Decides tirar tu máscara al suelo, en el que estallará en un sinfín de fragmentos de estrellas, quedando apenas un montoncito irreconocible de polvo estelar, que se acabará por esparcirse por el mundo con la primera brisa del viento de poniente.

    Huyes de toda esa gente, de todo ese ruido acompasado. Caminas hasta donde nadie conozca tu nombre, y es allí donde empiezas otra vez a ser tú mismo, esta vez, sin ninguna máscara que oculte quién eres realmente.


    martes, 19 de noviembre de 2013

    No es tan complejo


    Puede que al cortar algo por la mitad, parezca que esas dos mitades nunca puedan volver a formar un todo. Es cierto que si divides un globo, sus partes no pueden volver a constituirlo, al menos, aparentemente. Pero eso es un ejemplo aislado. ¿Qué pasa con las estrellas de mar, a las que les vuelven a crecer los brazos cuando se cortan? ¿Y con las colas de los lagartos? ¿Qué pasa con todo eso? Sí, puede que haya cosas que una vez rotas, no se puedan arreglar, pero el universo está lleno de posibilidades.

    ¿Quieres hacer que las dos mitades de un globo vuelvan a estar unidas? Cóselas. Pégalas. Grápalas. Átalas. Puede que se note la marca, que ya no encajen de la misma manera, pero la vida se trata de eso. De volver a intentar unir aquello que nos importa, aunque queda cicatriz. Cicatrices que reflejan las batallas que hemos librado, las causas que hemos defendido.

    ¿Y que cómo vas a comprender o conocer del todo a una persona si no eres capaz de entender una simple piedra? Ahí está la clave: no puedes. Y, realmente, no importa. ¿Aunque no puedas comprender una flor, vas a dejar de sentir su aroma? ¿Vas a renunciar de disfrutar de contemplar un atardecer por no entender exactamente qué es lo que está ocurriendo, por qué sucede, de saber, perfectamente, el porqué?

    Se trata de eso, de disfrutar, de querer más allá de toda lógica posible. De renunciar, en parte, a comprender a una persona totalmente, ganando así, la oportunidad de deleitarse con ella.

    sábado, 26 de octubre de 2013

    Efecto Narnia

    Esto va dedicado a todas aquellas personas que prometieron que siempre estarían ahí para ti, que no dejarían que nada nos separara, y se fueron a Narnia.

    ¿Narnia? Sí, efectivamente. Yo creo firmemente que el Sr Tumnus se siente tan solo desde que Lucy se fue, que busca compañía más allá de las fronteras de su propio mundo. Para ello, rastrea a personas aparentemente aleatorias, personas que, cuando acuden a su llamada, dejan demasiadas cosas tras su estela. Personas que acuden como marineros a los más cautivadores cantos de sirenas. Una vez allí, el Fauno, mediante artimañas, tretas y triquiñuelas, logra que se queden a vivir con él. Que nunca abandonen un mundo donde los animales hablan, hay duendes, elfos, centauros y monarcas leales y justos. Un lugar donde todo es posible.

    O eso es lo que a mí me gusta creer. Principalmente porque la otra opción deja bastante que desear. Bipolaridad, cambios repentinos de ambiente, estupidez, y demás síntomas de trastornos psicológicos.

    Amigos de la infancia a los que dejaste de ver de la noche a la mañana. Personas que “se enamoraron perdidamente”, encontrando su mundo ideal con una persona que es todo su mundo sin que nadie más pueda entrar en él. Scouters que desaparecieron sin dar una mísera explicación. Amigos que, por mucho que quieras quedar con ellos, se empeñan en buscar excusas baratas para no hacerlo. Otros que se mudaron y nunca volviste a ver, dado que, aunque sí se molestaron en hacer nuevos amigos, no lo hicieron para conservar los antiguos. Personas que antepusieron su vida laboral a todo lo demás. Gente que se echó tanta mierda encima que ya ni si quiera eran capaces de ver todas las personas a las que le importaban.

    No obstante, hay otro tipo de “secuestro fáunico”: EL PASE VIP DE NARNIA. Esto consiste en lo siguiente: Las personas que lo poseen, tienen la capacidad para viajar entre ambos mundos, aparentemente sin consecuencias. De vez en cuando pueden escapar del influjo del Fauno y vuelven a nuestro planeta, de visita, a echar un vistazo y comprobar cómo van las cosas en su ausencia. Y al acabar un período bastante corto de tiempo (al menos, para los terrícolas), regresan a los brazos de su captor. A veces, en muy contadas ocasiones, también ocurre al revés. Vives en la Tierra, pero te vas de excursión alguna vez a Narnia.

    Muy pocos consiguen escapar del hechizo de esta criatura, pero algún caso se ha dado. Esas personas a las que hace años y años que no ves por alguna de las circunstancias previamente nombradas, y vuelve de repente a tu vida, volviendo a formar parte de ella como antaño. Puede que más. Aunque suele pasar por una vuelta a la normalidad de los hechos fatídicos que lo inclinaron a llegar a la tierra gobernada por un gran león mágico.


    En fin…  yo creo que esto no puede seguir pasando. Yo digo: STOP SECUESTROS. ¿Que qué voy a hacer al respecto? ¿No está claro? Darles una razón, algo más de lo que el Fauno puede ofrecerles en su mundo de fantasía. Porque, si queremos, podemos tener todos los mundos en este. Siempre y cuando logremos que las personas que creen en la magia no huyan a un lugar donde estén demasiado lejos como para poder convertir esta realidad en algo más.

    jueves, 10 de octubre de 2013

    Diario de una existencia consciente I.

    Con el tiempo se observa el movimiento, el movimiento de las cosas, de las ideas y de las personas. 
    Con argumentos tratamos de explicar que había detrás de ese tiempo, de su movimiento, para unos tan lento y para otos fugaz
    En tu mente te vez capaz, capaz de reordenar las palabras mágicas que debería habe detrás de cada idea capaz de apoyar ese argumento con el que intentas explicar ese movimiento que el tiempo dejo atrás.
    Una vez pasado y sin posibilidad de ser observado el movimiento pasa a ser un hecho en el tiempo, algo que no cambia algo inexplicable. Fue quizás un momento dentro de ese tiempo que no es igual que el de ahora pues no hay movimiento que se produzca al pasar el tiempo, nunca hubo argumento para explicar el tiempo, esa idea es un invento que simplifica lo abstracto para dejarnos contentos.
    Decimos: "Ha pasado esto".Pero ¿qué es "pasado"? Si no sabes cuando paso ni como ¿de qué nos sirve el "esto"?
    La historia y los recuerdos no son más que un invento, un invento bueno, una forma de analizar los hechos a lo largo del tiempo y de tratar de en el presenta en que se lean no deba de preocupar de si hay movimiento pues refleja la historia cosas que no existen, cosas que quizás existieron y entre ellas también la verdad de cómo y cuándo sucedieron.
    No me gusta el tiempo ni tener que explicar que es el movimiento, todos lo sabemos lo vivimos a cada momento es tan natural y sencillo como lo es respirar, pero mucho más. Existir es eso, ver pasar el tiempo haciendo tu movimiento.



    sábado, 21 de septiembre de 2013

    El humor

    Meditando sobre la risa no he podido darme cuenta de porqué haycosas que la producen en mi cabeza, pero en todo caso me he dado cuenta de que aquellas que me hacen gracia tiene algo en común.
    No hablo de sonrisas, hablo de la risa. No entiendo bien de que va ni como sale o si bien como dice Patrick Rothfuss sale del mismo sitio que el llanto. Creo que realmente este mismo autor tenía razón en parte al decir otra cosa sobre lo que son las bromas y las cosas graciosas, en "Crónica de un asesino de reyes" el protagonista toma un veneno alquímico que inhibe los canales conductuales. En resumen, no sabe como comportarse en qué situación porque sus patrones de conducta están eliminados. Ha partir de esto el personaje no puede hacer algo que le parezca gracioso, le es imposible porqué el humor de basa en las transgresiones de lo normal en la sociedad. Por ejemplo, el humor negro, es un ejemplo extremo pero lo refleja en todo su esplendor.
    Un chiste de humor negro podría ser: "¿Cuántos niños hacen falta para pintar una pared de rojo? Depende de la fuerza con la que los lances."
    Aunque raye y supere lo que llamamos comúnmente lo macabro, a mí me hizo gracia. Jamás me plantearía algo así es una aberración una estupidez, es un chiste de humor negro. Me hizo gracia porque no me habría imaginado la respuesta por nada, rompe con todo lo que me han enseñado y ahí reside el humor.
    Se aproxima mucho a la idea que me he formado de la risa pero yo he intentado ir un poco más allá.
    La ironía también es graciosa, pero no es algo raro o que contradiga las normas d ela sociedad, es un recurso normal y corriente del lenguaje. Y entonces porqué hará gracia me pregunté.
    Tiempo más tarde y con horas de introspección cada vez que me encuentro sólo y encuentro un caso de algo que me haga gracia y no sepa decir el porqué he llegado a una conclusión.
    Es la contraposición.
    La base del humor, la base de las cosas que nos hacen gracia, de ahí viene nuestra risa. Esas ganas de soltar carcajadas son producidas por una fuerte ruptura de algo que tienes en la mente, un sentimiento, una idea, una regla, una percepción de la moral, una faceta que le has asignado a la personalidad de alguien... Todo eso y más es los que produce el efecto del humor, es una forma de atender a las contraposiciones con las que nos encontramos.
    Por último, me di cuenta de que de igual modo pasa con la tristeza, son sólo contradicciones a nuestros deseos o situaciones que nos afectan directamente. Curiosamente es tal y como había dicho Rothfuss, el llanto y la risa provienen del mismo sitio.